La comida como acto de amor

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"Invitar a alguien, es encargarse de su felicidad
durante el tiempo que esté en nuestra casa".

Brillat Savarin


La buena comida es, sin dudas, un acto de amor en varios sentidos: amor por los alimentos e ingredientes con los que trabajamos, amor puesto al servicio de aquello que elaboramos, amor en cada detalle al presentarlo y servirlo, amor por nuestra labor al buscar la excelencia en cada paso y amor al fin al compartirlo con los que amamos.
Por esto, decimos que... La comida es un acto de amor

Los franceses acuñaron, en este sentido, dos expresiones muy singulares que aquí detallaremos:


SAVOIR FAIRE (saber hacer)

Expresión equivalente al "tacto, tino, habilidad" (masc) y a "conocimientos especializados, prácticos o técnicos, tecnología, pericia" (masc.) y a "competencia profesional" (fem.). En cualquiea de los casos, demuestra la preocupación por la calidad en la realización de una tarea.

SAVOIR VIVRE (saber vivir)

Expresión equivalente a "trato social" (masc.) y a "usos sociales, reglas de convivencia" (fem.) y que tiene como sinónimos "cortesía", "educación", "correción" y "buenos modales". Alusiones que demuestran preocupación por la satisfacción que produce lo que está bien hecho, y que los franceses, rigurosamente, aplican al "Arte de recibir", que sintetiza perfectamente el aforismo de Brillat-Savarin que encabeza este artículo.

Evidentemente, como lo afirma el genial maestro de la gastronomía, "el placer de la mesa", entendiendo por tal el conjunto de todo lo que hace a una buena comida, le proporcionan al cuerpo y al alma un bienestar particular.

En lo físico, al mismo tiempo que el cerebro se refresca, la fisonomía se ensancha, el color se eleva, los ojos brillan, un dulce calor se esparce en todo nuestro ser.

En el plano espiritual, la imaginación se activa, el espíritu se agudiza, las buenas palabras nacen, circulan y fluyen. Es decir, hay una satisfacción biológica y una satisfacción espiritual, que se traducen en una satisfacción psicológica. La buena comida nos proporcionará ese bienestar particular y, por lo tanto, una forma simple de felicidad que nos hará sentir bien, tal vez nos hará mejores o nos permitirá, en otros casos, hacer cosas mejores... por esta razón podemos hablar de la importancia de la ética de la buena comida.


Aquí siguen dos singulares ejemplos del arte del buen comer y por qué no, del "buen vivir"...


En la célebre película La fiesta de Babette se presenta una magnífica cena del siglo XIX, con sabrosos platos franceses. Babette, ama de casa acostumbrada a arreglárselas con lo que tiene para preparar su diario menú, un buen día se gana un premio en la lotería y esto le permite traer de Francia las mejores delicias para ofrecer un banquete a los habitantes del lugar. En esta película danesa, queda así extraordinariamente manifestado el poder y la magia que opera una esmerada cena, pensada y elaborada hasta el detalle para satisfacer en plenitud a sus comensales.




Y por último, un fragmento del poema Carmina burana, en el que está bellamente retratado el placer por el buen comer y el buen beber y cómo estas simples acciones del hombre ennoblecen y realzan las más sensibles cualidades del espíritu humano.

Carmina burana es el nombre dado a la colección de cantos goliardos de los siglos XII y XIII reunidos en el manuscrito encontrado en Benediktbeuern en el siglo XIX.

En estos poemas se hace gala del gozo por vivir y del interés por los placeres terrenales, por el amor carnal y por el goce de la naturaleza, y con su crítica satírica a los estamentos sociales y eclesiásticos, nos dan una visión contrapuesta a la que se desarrolló en los siglos XVIII y segunda parte del XIX acerca de la Edad Media como una “época oscura”.



Confesión (fragmento)

“…A cada uno la naturaleza le da su don propio.

Y, al hacer versos, bebo buen vino,

el más puro que contienen los barriles de los taberneros:

esta clase de vino me suelta la lengua.

Hago versos según el vino que bebo;

nada puedo hacer si no he comido antes.

Para nada sirven los versos que escribo en ayunas;

pero después de algunas copas superaré a Ovidio, con mi canto.

Nunca me ilumina el espíritu de la poesía

si antes no me lleno bien el vientre.

Mientras Baco domina el cofre de mi cerebro,

Febo irrumpe en mí y hace maravillas por mi boca…”


Pierre Poupon, en su libro Nouvelles pensées dún dégustateur, dice:


"Degustar es leer un libro lentamente, frase a frase, para captar todo el contenido; degustar es escuchar un concierto en el mas profundo recogimiento; degustar es contemplar una obra de arte, cuadro, escultura o monumento, dejándose impregnar por sus formas y colores; degustar es abrir los ojos al espectáculo maravilloso de la naturaleza; degustar es sentir el cuerpo relajarse sobre la arena de una playa soleada, degustar es estar disponible y abierto a todas las sensaciones, ser dueño de sí mismo y del universo. En resumen, saber degustar es saber vivir”

Informe de Natalia V. Jaime


fuente consultada

Apéndice de Cultura general. Susana de la Sota (c)

http://www.wikipedia.com/

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